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GP de Hungría 2010
CIRCUITO: Hungaroring (Mogyoród, Hungría)
LONGITUD: 4.381 km.
NÚMERO DE VUELTAS: 70 (306,630 km en total)
CURVAS: 16 (6 a izquierdas, 10 a derechas)
COMPUESTOS: Superblando y medio
DEGRADACIÓN DE FRENOS: Media-alta.
Bienvenidos a uno de los circuitos más lentos de toda la temporada, Hungaroring. Ha sido el protagonista de las leyendas más negras de los últimos años. Desde la liza encarnizada entre Alonso y Hamilton en 2007 al brutal accidente de Felipe Massa de 2009 y la salida de la rueda del R29 de Fernando el mismo año.
El circuito de Hungría fue el primer circuito de F1 tras el telón de acero, construido en 8 meses durante el año 1985. Sus rectas son más cortas que en el resto de circuitos, por lo que la velocidad máxima no es demasiado alta y el tiempo medio de vuelta es de 1:20, por lo que este año podríamos ver tiempos de 1:23 en adelante.
El circuito.
El circuito de Hungaroring tiene por bandera el ser uno de los que menos adelantamientos permite en todo el año. Al contrario que otros circuitos lentos, la acumulación de goma vuelta a vuelta, en lugar de mejorar el agarre y permitir una mayor velocidad, lo que hace es acumular más y más polvo, con lo que un efecto se compensa con el otro. La velocidad máxima del circuito alcanza únicamente 295 km/h, bastante lejos de los 306 km/h que se alcanzaban en Hockenheim.
Al principio, el circuito poseía una especie de bucle que ralentizaba aún más las vueltas. Tras las quejas de los pilotos, dicho bucle se eliminó, dejando una mejor trazada para disputar entre los pilotos, aunque Hungaroring es uno de los circuitos en los que menos adelantamientos podemos ver. Esto, unido a que es uno de los circuitos más feos del mundial, hacen que las carreras en Hungaroring sean bastante aburridas. Existen muy pocas zonas en las que se frena a fondo, por lo que el circuito es uno de los menos exigentes con la potencia del motor, pero más con los frenos y las ruedas. Además, el calor y lo revirado del trazado lo convierten en uno de los circuitos más exigentes con los pilotos.
Por contra, para los conductores es uno de los circuitos más divertidos, precisamente por lo revirado. Especialmente espectaculares serán las curvas 5 (en la que se derrapa como si fueras en un kart) y 10 (en la que se mete el coche esperando que agarre bien). La última curva es muy bacheada y ciega, dando a una corta recta de llegada que enlazará con otra apasionante vuelta en busca de la mejor tracción. Según los pilotos, a pesar del polvo, la pista puede mejorar mucho su grip y se puede acabar yendo 5 segundos más rápido en carrera que los viernes en los entrenamientos.
Los neumáticos y los frenos.
Para Hungaroring, los de Bridgestone llevan los neumáticos superblandos y medios. Debido a la ausencia de fuertes frenadas, ni los neumáticos ni los frenos van a sufrir mucho, por lo que es posible que cueste calentar los medios hasta su temperatura óptima de uso. Los neumáticos más blandos, por contra, podrían degradarse demasiado rápido, por la temperatura que se llega a alcanzar en la pista. No se esperan sorpresas en Hungría con las ruedas.
La carrera.
Esta semana va a ser de aupa. Con todas las antorchas encendidas en contra de Ferrari y Alonso, llegamos a Hungría deseosos de ver si la Scuderia de verdad confirma su resurrección y hace un papel bastante mejor que el vergonzoso espectáculo que ofreción en Alemania. A priori, este circuito favorece al F10, que debería volver a funcionar como lo está haciendo en las últimas carreras. Aquí estarán ansiosos por demostrar que el doblete no ha sido casualidad, que están tan cerca de Red Bull como lo han estado en Hockenheim (una de las poles más apretadas de los últimos años) y que pueden ganar sin darse órdenes ridículas.
A la caza, irá ahora McLaren, que querrá reencontrarse con los pilotos de arriba tras haber perdido la estela en Silverstone y Hockenheim. Quizá sea el alerón de los que coparon en podio el pasado domingo, quizá los escapes sopladores que aún no han conseguido entender. Pero van a pelear hasta el final, igual que hicieron en Alemania. Hungría confirmará si ese paso atrás es cierto.
Esperemos aguas más tranquilas en la bella Budapest.
El circuito de Hungría fue el primer circuito de F1 tras el telón de acero, construido en 8 meses durante el año 1985. Sus rectas son más cortas que en el resto de circuitos, por lo que la velocidad máxima no es demasiado alta y el tiempo medio de vuelta es de 1:20, por lo que este año podríamos ver tiempos de 1:23 en adelante.
El circuito.El circuito de Hungaroring tiene por bandera el ser uno de los que menos adelantamientos permite en todo el año. Al contrario que otros circuitos lentos, la acumulación de goma vuelta a vuelta, en lugar de mejorar el agarre y permitir una mayor velocidad, lo que hace es acumular más y más polvo, con lo que un efecto se compensa con el otro. La velocidad máxima del circuito alcanza únicamente 295 km/h, bastante lejos de los 306 km/h que se alcanzaban en Hockenheim.
Al principio, el circuito poseía una especie de bucle que ralentizaba aún más las vueltas. Tras las quejas de los pilotos, dicho bucle se eliminó, dejando una mejor trazada para disputar entre los pilotos, aunque Hungaroring es uno de los circuitos en los que menos adelantamientos podemos ver. Esto, unido a que es uno de los circuitos más feos del mundial, hacen que las carreras en Hungaroring sean bastante aburridas. Existen muy pocas zonas en las que se frena a fondo, por lo que el circuito es uno de los menos exigentes con la potencia del motor, pero más con los frenos y las ruedas. Además, el calor y lo revirado del trazado lo convierten en uno de los circuitos más exigentes con los pilotos.
Por contra, para los conductores es uno de los circuitos más divertidos, precisamente por lo revirado. Especialmente espectaculares serán las curvas 5 (en la que se derrapa como si fueras en un kart) y 10 (en la que se mete el coche esperando que agarre bien). La última curva es muy bacheada y ciega, dando a una corta recta de llegada que enlazará con otra apasionante vuelta en busca de la mejor tracción. Según los pilotos, a pesar del polvo, la pista puede mejorar mucho su grip y se puede acabar yendo 5 segundos más rápido en carrera que los viernes en los entrenamientos.
Los neumáticos y los frenos.
Para Hungaroring, los de Bridgestone llevan los neumáticos superblandos y medios. Debido a la ausencia de fuertes frenadas, ni los neumáticos ni los frenos van a sufrir mucho, por lo que es posible que cueste calentar los medios hasta su temperatura óptima de uso. Los neumáticos más blandos, por contra, podrían degradarse demasiado rápido, por la temperatura que se llega a alcanzar en la pista. No se esperan sorpresas en Hungría con las ruedas.
La carrera.
Esta semana va a ser de aupa. Con todas las antorchas encendidas en contra de Ferrari y Alonso, llegamos a Hungría deseosos de ver si la Scuderia de verdad confirma su resurrección y hace un papel bastante mejor que el vergonzoso espectáculo que ofreción en Alemania. A priori, este circuito favorece al F10, que debería volver a funcionar como lo está haciendo en las últimas carreras. Aquí estarán ansiosos por demostrar que el doblete no ha sido casualidad, que están tan cerca de Red Bull como lo han estado en Hockenheim (una de las poles más apretadas de los últimos años) y que pueden ganar sin darse órdenes ridículas.
A la caza, irá ahora McLaren, que querrá reencontrarse con los pilotos de arriba tras haber perdido la estela en Silverstone y Hockenheim. Quizá sea el alerón de los que coparon en podio el pasado domingo, quizá los escapes sopladores que aún no han conseguido entender. Pero van a pelear hasta el final, igual que hicieron en Alemania. Hungría confirmará si ese paso atrás es cierto.
Esperemos aguas más tranquilas en la bella Budapest.
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