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El F10: luces y sombras.
Estoy seguro, como aficionado, de que ninguno de los que estamos aquí esperábamos que, tras la pretemporada y el arranque que tuvieron los de Maranello, el coche estuviera tan abajo en la clasificación de equipos. Tras ver lo que el F1o era capaz de dar en las pistas españolas en febrero y lo que era capaz de hacer en Bahrein al inicio de la temporada, muchos ferraristas vieron renacer esperanzas al ver a los de rojo en lo más alto del podio de la primera carrera del año.

Llegó la F1 a Europa y el F-duct se incorpora en Barcelona donde se rubrica un segundo y un sexto puestos. El F10 parecía resurgir, tal como se había pronosticado, al llegar a Europa y se demuestra competitivo, manteniendo la lucha con McLaren y Red Bull. Tampoco en Mónaco se comporta mal el coche, demostrando que puede darlo todo, remontando desde el último hasta el sexto puesto. Sería en Turquía donde el coche volvería a desfallecer. Mala calificación, con Fernando quedándose en la Q2 y un coche lentísimo que no había sido evolucionado, excepto por el F-duct. La aerodinámica le estaba fallando, también los motores y, por supuesto, fallaba el propio concepto del coche.
En Canadá, los lamentos de los pilotos tuvieron efecto y el coche se portó bien. Fue rápido, competitivo, y sólo las maniobras de unos y otros le dejaron fuera de mejor posición. Aún así, Alonso volvió al podio (podía haber quedado primero).
La versión B del coche se presenta en Valencia, en el GP de Europa. Es un coche mucho más competitivo y consistente, con un comportamiento ejemplar y una rapidez que no tenía su hermano mayor. Ponía de relieve lo mejor de la primera versión (el trato a los neumáticos) y solucionaba, al parecer, las carencias del F10A. Y hemos visto lo mismo este último fin de semana en Silverstone. Pero ambas carreras estuvieron marcadas por errores de la FIA y el F10B no ha podido demostrar aún lo que vale.
¿Qué ha mejorado de Turquía a Gran Bretaña? Sobre todo, la refrigeración del motor, que ya no se sobrecalienta tanto. Y después, a alimentación de aire del difusor. Ferrari parece haber comprendido mejor que muchos los escapes sopladores y eso le acerca bastante a Red Bull, mientras que sus competidores han tenido problemas con ellos y los han retirado. Aunque están lejos aún, vuelven a competir arriba, veremos si les dejan.
La Scuderia tiene aún mucho margen de mejora, sobre todo en la salida y en la calificación. Las salidas que hace el F10 (A o B) son desastrosas. Hay que revisar esto, porque la carrera puede decidirse en la primera curva y llegar a ella con la posición ganada, es muy importante. Pero la calificación debería mejorarse más aún. Los coches rojos no son capaces de superar a los RB6 ni los MP4-25 en ninguna carrera y, si lo logran, es más bien por problemas ajenos que por méritos propios. El F10 es un coche muy bueno en tandas largas, pero en cortas se deshace. ¿Quizá deberían salir a dar giros y giros en calificación para mejorar? No lo sé, pero de todos modos, estos dos aspectos del monoplaza son muy deficientes y, en algún momento, habrán de mejorarse.
Los pilotos, a examen.
Tampoco es del todo justo achacarle la mala situación de Ferrari en el campeonato a un comportamiento deficiente del coche. Como todo, el que lo maneja también tiene parte de culpa y en este caso, tenemos dos pilotos que no están a la altura de lo que se espera de ellos.


El piloto español parece estar ansioso. Sabe que tiene un coche que corre y una escudería que lo da todo. Tiene a toda Italia a su favor, y eso no es decir poco. Pero en contra tiene a su propio caracter, que lo pierde y le calienta más de lo debido. Y, aunque aquí haya que ir rápido, las prisas nunca fueron buenas. Se ha adaptado bien al coche y eso es una gran noticia, pero no es lo único que hay que hacer. Hay que hablar en el asfalto y no ante las cámaras, porque si no, pasa lo siguiente.
La FIA, antigua aliada, nueva enemiga.

Y cuando ves cómo pilotos como Hamilton (China, 2010, echa fuera de pista a Webber adelantándole) o Sutil (Silverstone, 2010, embestida a Pedro de la Rosa), se quedan sin sanción por cosas que sí que han hecho, se te embala la boca y no puedes parar. Y encima, los fans atacan a la FIA. Y así se comienza un círculo vicioso de te perjudico-rajas-te perjudico que no es beneficioso para unos ni para otros.
¿Soluciones?
De momento, sólo mejorar el coche. Mientras los pilotos sigan siendo enemigos de sí mismos, metiendo la pata por uno u otro lado, y la FIA sienta esa animosidad frente a Ferrari, la única solución es que Maranello empiece a echar humo y veamos, en poco tiempo, un F10C capaz de sobrepasar a Red Bull tanto en carrera como en calificación.
Así que, señor Montezemolo, póngase las pilas.
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