Bocas, boquitas y bocazas

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Estamos a pocos, muy pocos días del fin de la temporada. Tantos como nueve. La diversión de 2010 toca a su fin y llegamos al punto -2 para ver cómo Fernando Alonso posee una ventaja de 11 puntos sobre el segundo clasificado del mundial. Esto, que visto lo ocurrido a lo largo de toda la temporada es poca cosa para dos carreras, que no tiene ningún fuste, parece que asusta a propios y extraños de la competición. El asturiano fue votado este mismo año como mejor piloto de la parrilla. ¿Tienen sus rivales miedo en el paddock?


Bocas.

El primero que ha abierto la veda ha sido el director deportivo de la cuasitodopoderosa Red Bull, Christian Horner. En la escudería austriaca empiezan a estar asustados. Han conseguido un mejor coche, tienen un monoplaza que, a una vuelta, es impresionante y que ha monopolizado las pole positions de este año (de 17 posibles, han hecho 14). Van a Brasil con intención de conseguir la decimoquinta y parece que nada, excepto Ferrari puede impedir su ascenso al trono. Entonces, ¿qué es lo que ha impulsado al otrora prudente Horner a hacerse notar de la forma que lo ha hecho?

El director de Red Bull se ha descolgado con unas declaraciones ridículas: Sería frustrante que Alonso ganara el mundial de este año. Para Horner, si Alonso gana este año, será gracias a las órdenes de equipo que los de Maranello dieran en Alemania para que el asturiano se alzara con un triunfo injusto. Así, dice que ellos, habiéndose ajustado al reglamento, tienen a sus pilotos por detrás.

Convendría que el señor Horner recordara que la ventaja de Alonso en el mundial es de 11 puntos y, por tanto, de 4 si obviamos esos 7 puntos de más que consiguiera en Hockenheim y que su hombre seguiría segundo en el mundial. Obviamente, eso no haría campeón al español si se dan las condiciones que ahora mismo están fijadas, pero un abandono de Webber y una victoria de Alonso propiciarían un campeonato que no estaría marcado por los siete puntos de Alemania. Recordemos también a Christian que, aún sin la victoria de Alemania, Fernando estaría con cuatro victorias, exáctamente igual que Mark. Pero seguiría a cuatro puntos del australiano.

Y, por supuesto, habría que recordarle al señor "no-damos-órdenes-de-equipo" que ha hecho varias pifias este año. Como la de darle a Vettel un alerón nuevo de Webber, desencadenando la amarga victoria del mismo con aquel efusivo "no está mal para el piloto número dos" que superó con creces al "Fernando is faster than you. Confirm you understood that message". O aquella en que Vettel clamaba que su coche tenía problemas en Monza y, una vez Webber lo sobrepasó, desaparecieron los problemas por arte de magia. Y mucho más hay que callarse cuando Webber, ayer mismo, en una televisión austriaca que es fucking obvious que su escudería está ayudando sobremanera a su compañero. Si esto no es cumplir órdenes de equipo...

Señor Horner, eso también son órdenes de equipo, no lo niegue. Y si lo niega, peor para usted, porque será usted el único engañado.

Boquitas.

Domenicali ha salido en defensa de su piloto. No sin ironía, el italiano afirmaba, en respuesta a las declaraciones de Horner que cuando se tiene el coche que han tenido este año, es un milagro que nosotros aún estemos peleando por el mundial. El jefe de los de Maranello añadía que otros con la misma ventaja ya habían decidido el mundial a su favor.

El que suscribe piensa que el italiano tiene razón. Y es que no hay más que ver qué hizo Brawn GP el año pasado. Con la ventaja que tenía aseguró el mundial con mucha contundencia y no hubo quien le tosiera en todo el año. 2009 fue la temporada de Brawn y esta es la temporada de Red Bull; pero sea como fuere, los de la bebida energética no han sabido rentabilizar su ventaja. Fernando, por su parte, entiende que todo forma parte del juego psicológico de sus rivales. Para el piloto, los problemas que no han resuelto los demás equipos son los que hablan por ellos.

Tiene muy claro el asturiano que él hace su trabajo y que los demás, deberían hacer también el suyo.

Bocazas.

La sorpresa, sin embargo, llega de la mano de un "recién llegado". Después de haber estado más de media temporada como probador de Mercedes GP, y de estar en una escudería que no se ha lucido por el trato a sus pilotos, el piloto de Sauber, Nick Heidfeld, también ha rajado hoy.

El alemán, a quien nadie ha invitado a la fiesta, parece querer pagar su frustración con sus palabras y ha declarado que si Alonso gana el mundial por las órdenes de Alemania será una vergüenza para la F1. Esto sería poco sorprendente, porque es lo que piensa mucha gente si no hubiera sido porque, antes de dedicarle esta delicadeza al piloto español no hubiera dicho que las órdenes de equipo están bien desde el punto de vista de la escudería.

La hipocresía no tiene límite, pues, para Nick Heidfeld. De sus palabras se puede desprender que siempre y cuando las órdenes de equipo le beneficien a él están bien. Pero si benefician a otros ya no están tan bien. ¿Cómo es posible asumir las órdenes de equipo pero condenar las órdenes de equipo? En cualquier sentido, las órdenes de equipo favorecen a uno de los pilotos de cada escudería y perjudican al otro, así que si están bien para un equipo, deben estar bien para todos. Es una lástima que la gente que se beneficia de ellas en algunas ocasiones, luego llore cuando se benefician otros.