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Gran Premio de Mónaco 2014.
CIRCUITO: Montecarlo (Mónaco)
LONGITUD: 3.340 km.
Nº DE VUELTAS: 78 (260.520 km en total).
CURVAS: 19 (11 a derechas, 8 a izquierdas).
COMPUESTOS: Blando y superblando.
DESGASTE DE FRENO: Medio-alto.
Vamos a ir al circuito con más glamour de todo el mundial. Allí donde las calles se llenan con los sonidos de la F1 y nos hacen vibrar en Santa Devota, la Rascasse o el túnel. Allí donde este año nos espera una carrera más aburrida de lo habitual en Montecarlo.
Un poquito de historia.
El circuito de Montecarlo alberga el Gran Premio de Mónaco desde el año 1929, una carrera que se celebra casi por accidente, como venganza del Real Automóvil Club de Mónaco ante la Federación, que se mostraba reticente a admitir al club monegasco en sus filas. Chiron, uno de los mejores pilotos del momento, alabó el trazado que es el mismo que se utiliza aún hoy. En el primer GP, fue un Bugatti, pilotado por William Grover, el que cruzó la meta en primer lugar. Al año siguiente, la dureza del trazado quedó patente: sólo 6 de los 17 coches que comenzaron la carrera pudieron acabarla.
El trazado ha sido escenario de grandes duelos históricos de la F1: Varzi y Nuvolari en el 34 protagonizaron uno de los duelos más encarnizados que se recuerdan. Y muchos surgirían a raíz de la dificultad de las calles de Montecarlo. En 1950, Farina, Chiron, Von Brauchist y Rosmeyer se pelearían por una colisión múltiple causada por una mancha de aceite.
El puerto es una de las características del circuito y también uno de los puntos más controvertidos del mismo. Alberto Ascari acabó con su coche en el agua, en 1955. Y ni siquiera Ferrari, cuyos pilotos Hartwort y Collins quedaron colgando del muelle, se libra de los percances.
Pilotos extraordinarios han realizado grandes hazañas aquí. En 1950, Juan Manuel Fangio se llevaría la victoria tras doblar a todos los pilotos de la parrilla. El mítico Ayrton Senna sería quien se llevaría más victorias de sus calles, seis, realizando cinco consecutivas. Y también es escenario de victorias únicas, como la de Olivier Panis, quien ganó su único GP en Mónaco, en 1996, con la lluvia como aliada.
Mónaco es, sin duda, el mejor espectáculo de la F1.
El circuito
Son pocos los que, aficionados o no, desconocen todo sobre Montecarlo. Pero, para aquellos que se enganchan ahora, vamos a describir el circuito urbano por antonomasia.
La carrera comienza en una curva de salida, pues no hay rectas propias en Montecarlo. Esta se disputa en subida, hasta llegar a la primera curva, Santa Devota, con el acelerador pisado a fondo y controlando el coche para no tocar las protecciones. Una pseudorecta, Beau Rivage, conectará con Massenet y el Casino, que da a la única recta pura del trazado y el final del primer parcial, justo antes del Mirabeau.
Comenzamos el segundo parcial en la parte alta del Mirabeau y la mítica bajada hacia la horquilla del Gran Hotel, cerradísima, de 180º que da al Bajo Mirabeau. De ahí, a Portier y al túnel, en poco menos de diecinueve segundos, tiempo que se tarda en completar el segundo parcial.
El tercer parcial es el más mítico, pues transcurre junto al puerto. La luz nos deslumbra al salir del tunel hacia la Nueva Chicane, que desemboca a Tabac y Louis Chiron. De aquí, en una sucesión izquierda-derecha, nos vamos a la Piscina y a la inmensa curva 15 que nos mete en la Rascasse, otra nueva horquilla, mucho menos pronunciada y a las curvas preferidas para estacionar, la Antony Noghes y la número 18. Pasamos ya por meta, terminando el tercer parcial y accediendo a la curva de salida para comenzar otra vuelta.
Condiciones mecánicas
Como en años anteriores, los superblandos van a ser una incognita. Pirelli ha decidido estrenarlos aquí, donde el asfalto calienta las gomas mucho antes y pone los neumáticos a funcionar con rapidez. Como siempre en Mónaco, un factor a tener en cuenta van a ser los frenos, que actúan más tiempo aquí que en ningún otro sitio del mundial y que van a ser decisivos a la hora de determinar el rendimiento de los monoplazas. Y no sólo eso. Los motores V6T agradecerán el circuito de Mónaco, puesto que exige menos de la unidad de potencia. Algún equipo podrá aliviar así el número de piezas que gaste y que puede convertirse en un problema a lo largo de la temporada.
La carrera
No vamos a arriesgar un pronóstico, pero lo cierto es que mentiríamos si dijéramos que no apostamos por los Mercedes para llevarse la victoria. Sin embargo, y vista la reacción de Red Bull en Barcelona, no queremos ni podemos descartarlos para alzarse con la victoria en un circuito en el que la aerodinámica es muy importante, campo en el que los austriacos destacan por encima de los demás.
Un poquito de historia.
El circuito de Montecarlo alberga el Gran Premio de Mónaco desde el año 1929, una carrera que se celebra casi por accidente, como venganza del Real Automóvil Club de Mónaco ante la Federación, que se mostraba reticente a admitir al club monegasco en sus filas. Chiron, uno de los mejores pilotos del momento, alabó el trazado que es el mismo que se utiliza aún hoy. En el primer GP, fue un Bugatti, pilotado por William Grover, el que cruzó la meta en primer lugar. Al año siguiente, la dureza del trazado quedó patente: sólo 6 de los 17 coches que comenzaron la carrera pudieron acabarla.
El trazado ha sido escenario de grandes duelos históricos de la F1: Varzi y Nuvolari en el 34 protagonizaron uno de los duelos más encarnizados que se recuerdan. Y muchos surgirían a raíz de la dificultad de las calles de Montecarlo. En 1950, Farina, Chiron, Von Brauchist y Rosmeyer se pelearían por una colisión múltiple causada por una mancha de aceite.
El puerto es una de las características del circuito y también uno de los puntos más controvertidos del mismo. Alberto Ascari acabó con su coche en el agua, en 1955. Y ni siquiera Ferrari, cuyos pilotos Hartwort y Collins quedaron colgando del muelle, se libra de los percances.
Pilotos extraordinarios han realizado grandes hazañas aquí. En 1950, Juan Manuel Fangio se llevaría la victoria tras doblar a todos los pilotos de la parrilla. El mítico Ayrton Senna sería quien se llevaría más victorias de sus calles, seis, realizando cinco consecutivas. Y también es escenario de victorias únicas, como la de Olivier Panis, quien ganó su único GP en Mónaco, en 1996, con la lluvia como aliada.
Mónaco es, sin duda, el mejor espectáculo de la F1.
El circuito
Son pocos los que, aficionados o no, desconocen todo sobre Montecarlo. Pero, para aquellos que se enganchan ahora, vamos a describir el circuito urbano por antonomasia.La carrera comienza en una curva de salida, pues no hay rectas propias en Montecarlo. Esta se disputa en subida, hasta llegar a la primera curva, Santa Devota, con el acelerador pisado a fondo y controlando el coche para no tocar las protecciones. Una pseudorecta, Beau Rivage, conectará con Massenet y el Casino, que da a la única recta pura del trazado y el final del primer parcial, justo antes del Mirabeau.
Comenzamos el segundo parcial en la parte alta del Mirabeau y la mítica bajada hacia la horquilla del Gran Hotel, cerradísima, de 180º que da al Bajo Mirabeau. De ahí, a Portier y al túnel, en poco menos de diecinueve segundos, tiempo que se tarda en completar el segundo parcial.
El tercer parcial es el más mítico, pues transcurre junto al puerto. La luz nos deslumbra al salir del tunel hacia la Nueva Chicane, que desemboca a Tabac y Louis Chiron. De aquí, en una sucesión izquierda-derecha, nos vamos a la Piscina y a la inmensa curva 15 que nos mete en la Rascasse, otra nueva horquilla, mucho menos pronunciada y a las curvas preferidas para estacionar, la Antony Noghes y la número 18. Pasamos ya por meta, terminando el tercer parcial y accediendo a la curva de salida para comenzar otra vuelta.
Condiciones mecánicas
Como en años anteriores, los superblandos van a ser una incognita. Pirelli ha decidido estrenarlos aquí, donde el asfalto calienta las gomas mucho antes y pone los neumáticos a funcionar con rapidez. Como siempre en Mónaco, un factor a tener en cuenta van a ser los frenos, que actúan más tiempo aquí que en ningún otro sitio del mundial y que van a ser decisivos a la hora de determinar el rendimiento de los monoplazas. Y no sólo eso. Los motores V6T agradecerán el circuito de Mónaco, puesto que exige menos de la unidad de potencia. Algún equipo podrá aliviar así el número de piezas que gaste y que puede convertirse en un problema a lo largo de la temporada.
La carrera
No vamos a arriesgar un pronóstico, pero lo cierto es que mentiríamos si dijéramos que no apostamos por los Mercedes para llevarse la victoria. Sin embargo, y vista la reacción de Red Bull en Barcelona, no queremos ni podemos descartarlos para alzarse con la victoria en un circuito en el que la aerodinámica es muy importante, campo en el que los austriacos destacan por encima de los demás.
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