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Sebastian Vettel se despacha hoy a gusto. El piloto alemán ha venido a decir que la carrera habría sido suya de haber podido terminarla en condiciones y no con una bujía (y no con un problema de escape, que fue de lo primero de lo que se habló) rota que le hizo perder potencia.
El de Red Bull viene a decir que si Alonso hubiera seguido persiguiéndole, sus neumáticos se "habrían destruido".
Yo estoy convencido de que, sin su problema mecánico, Vettel habría terminado en mucha mejor posición que 4º, pero ¿ganando? Stefano Domenicalli dijo que la estrategia era atacar en las últimas diez vueltas. Viendo el ritmo que es capaz de desarrollar el Ferrari, me parece muy posible que Vettel hubiera acabado luchando con uñas y dientes por defender la primera plaza. Diez vueltas, con unos neumáticos deshechos por el peso del monoplaza, las largas vueltas, las zonas reviradas de Sakhir y el calor del desierto son muchas vueltas. Si Ferrari pensaba atacar entonces, es presumible que sus 'zapatos' habrían aguantado un ritmo superior con ese desgaste y Alonso y Vettel habrían luchado en la cumbre.
El resultado de todo esto es que Ferrari y Red Bull están muy igualados. Analizando los tiempos hasta la vuelta 31, que fue donde el motor Renault de Sebastian dijo basta, nos encontramos con que el ovetense fue una décima (de media) más lento que el Red Bull. Una décima.
Y por una décima se echan ya las campanas al vuelo.
Auguro un mundial lleno de emociones con esa décima y no una dictadura roja, como aseguraban los periódicos ayer.
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