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miércoles, 21 de julio de 2010

Ecclestone amenaza a la Fórmula 1 europea.

Es un hecho.


Hace un par de días, el magnate de la Fórmula 1, el señor Bernard Ecclestone, anunciaba que la competición podría sobrevivir sin la concurrencia del Gran Premio de Mónaco. Esto, en cierto modo, ha hecho saltar las alarmas en los aficionados al motor, puesto que, aunque pudiera resultar aburrido en muchos aspectos, lo cierto es que es uno de los circuitos más míticos de la F1 y no queremos que desaparezca. Y mucho menos, por las pretensiones de un señor como Ecclestone, cuyo objetivo no es ofrecer un buen mundial, sino llenarse el bolsillo.

Un poco de historia.

Bernie Ecclestone nació en Inglaterra, en 1930. Su primera incursión en el mundo del motor fue a los 16 años, cuando abandonó sus estudios y se puso a trabajar para comprar motos. Fundó un negocio llamado Ecclestone and Compton y compitió unas pocas carreras en la Fórmula 3, abandonando la competición tras un accidente en Brands Hatch. Volvió a la competición en 1957 e, incluso, en 1958 intentó clasificar en el GP de Mónaco. La muerte de Stuart Lewis-Evans, de quien era manager, en el GP de Marruecos de ese mismo año, le afectó tanto que volvió a alejarse de los circuitos hasta 1970, en que codirigió el equipo Lotus de Fórmula 2.

En 1972, Bernie Ecclestone compra la mítica escudería Brabham, con quien consiguió dos campeonatos del mundo gracias a Nelson Piquet Sr. Estando en la escudería, fundó la asociación de constructores de Formula 1 (Formula One Constructor Association, o FOCA) en 1978, junto a Max Mosley, Frank Williams, Ken Tyrrel, Colin Chapman y Teddy Mayer.

La FOCA se enfrento con la FISA (Fédération Internationale du Sport Automobile) por los derechos de explotación comercial de la F1. Tras su victoria, en 1981, se firmó el primer Pacto de la Concordia, que acabría en 1987, que le daba derecho a las retransmisiones deportivas de la F1. En ese mismo año, abandona Brabham y constituye la FOPA (Formula One Promotions and Administration), de forma que los beneficios generados por el Circo se repartían en un 30% para la FIA, un 47% a los equipos y un 23% a sí mismo. Tras el paso de la FOPA a la denominación actual, FOM (Formula One Management), el reparto fue el siguiente: 49% para la FOPA, 1% para los equipos y 50% para la FIA. Además, se embolsa todo el dinero que pagan los promotores, que luego reparte entre los equipos.

Dinero, maldito dinero.

Después de ver cómo es la actitud de Ecclestone frente al deporte de la Fórmula 1 no es de extrañar que exija dinero a los circuitos por entrar en el calendario. Actualmente, y según el periódico The Independent, la tasa está en los treinta y un millones de dólares. Y, según se rumorea, Mónaco no paga nada por estar en la Fórmula 1.

Es por ello, y por la crisis que supongo que el señor Ecclestone debe estar sufriendo en sus carnes, que el lunes el inglés realizó unas declaraciones incendiarias contra este Gran Premio. 'La Fórmula 1 puede sobrevivir sin Mónaco', fue lo que dijo. Estas declaraciones se basan en que los monegascos 'no pagan lo suficiente'. Y añadió, echando más leña al fuego, que 'los europeos van a tener que pagar más o tendremos que irnos a otro lugar'.

Si alguien todavía tenía alguna duda de que este señor no se preocupaba de la Fórmula 1, acaba de despejársela el propio Bernie.

Consecuencias a corto y largo plazo.

Así las cosas no es difícil imaginar por tanto que todo este jaleo bien podría traer consecuencias.

La Fórmula 1 trae consigo divisas y dinero, mucho dinero. La gente que quiere ver un Gran Premio o que quiere revolotear alrededor de todo el glamour que supone una carrera, paga verdaderos pastizales para obtener un pase de paddock y poder hacerse fotos con sus ídolos. Las televisiones también se dejan enormes montantes para retransmitir las carreras. Y, por supuesto, los negocios dedicados a la hostelería y el turismo hacen ese día su agosto. Así que ningún emplazamiento se piensa el pagar su contrato anual, sabiendo la riqueza que reporta a la zona en la que se encuentra el circuito.

Pero esta amenaza a los circuitos europeos podría suponer más pérdidas que ganancias para la Fórmula 1. En primer lugar, porque los circuitos no los financia el sitio que quiere organizar la carrera, sino que la FOM, de la que es presidente Ecclestone, y la FIA, ponen mucho dinero para poder acondicionar los circuitos a lo que deben ser. Y ponerse a construir circuitos nuevos ahora es una locura. Por mucho que Tilke quiera trabajo...

Los esfuerzos de Ecclestone se están centrando en conseguir circuitos nuevos: Texas, Moscú... O recuperar antiguos, como Sudáfrica. O conseguir carreras espectaculares, como la nocturna en Singapur. Pero no en mantener lo que ya tiene. En este deporte, los circuitos en sitios que nunca han tenido o van a tener pilotos no son rentables, porque el Gobierno de dichos países no va a hacer nunca el esfuerzo que supone construir o rehabilitar un circuito, excepto contadas excepciones. Ecclestone quiere llevar la F1 a sitios que no pueden pagar su ingreso. ¿Acaso alguien piensa que un país como Pakistán podría ingresar en el Gran Circo? Y ¿qué sentido tiene un circuito urbano en Moscú? Países como estos podrían tener circuitos de Fórmula 1 (y de hecho, Rusia será una realidad más pronto que tarde) pero ¿qué se va a sacrificar?

Mónaco ha sido el primer señalado por los dedos del magnate, pero hay otros. Valencia está también en el punto de mira (a quien quiere sustituir Palma de Mallorca). Y, aunque pueda parecer que es lo mismo, no lo es. Porque, ¿alguien de verdad imagina una temporada sin circuitos como Spa, Hungaroring o Monza? Si esto ocurre, mucho del espectáculo que el señor Ecclestone quiere ofrecer se irá al garete, por mucho circuito urbano y nocturno que quiera poner.

Para más inri, en un mundo en el que los costes son una obsesión, en el que vamos viendo que lo que se pretende es recortar gastos, el cambiar el calendario drásticamente, repartiendo los circuitos por todo el ancho mundo dispararía los gastos de viaje de los equipos y de la propia FOM, que tendrían que usar desplazamientos mucho más largos y con más material del que despliegan ahora. Recordemos que los boxes no son fijos, que hay que desmontarlos con cada carrera y que los motor-homes también hay que desplazarlos. Y hay que mover personal.

El punto de vista de un aficionado.

El asunto de Ecclestone con el dinero no tiene nombre, porque es algo que cae más allá de la avaricia. La amenaza de retirar los grandes premios europeos si no pagan más responde más a una pataleta que a una amenaza real. Los grandes premios europeos son los que más dinero generan a lo largo de la temporada debido al gran número de aficionados que hay durante el fin de semana y lo fácil que lo tiene el público para desplazarse dentro del propio continente. Europa es el continente en el que más tradición de F1 se tiene y retirarlo de aquí y llevárselo a países que tradicionalmente no tienen ni pilotos ni circuitos ni apenas seguidores, sería un verdadero error.

Ecclestone es el perro del refrán, que ladra mucho pero muerde poco. Y veremos qué es lo que ocurre con todo este jaleo. Es más una pataleta que otra cosa, puesto que el asunto con Mónaco no es nuevo. En 2007, y tras una polémica similar, Bernie declaró: 'Es el mejor Gran Premio de la temporada'.

Disgustos nos das, Bernardito...

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