Las luces y las sombras de Red Bull

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Tras analizar ayer los problemas del equipo Ferrari y según lo prometido, hoy será el equipo Red Bull quien pase por el tamiz de lo bueno y lo malo, para saber en qué se ha equivocado y en qué ha acertado el equipo de Christian Horner de momento. Según están las cosas ahora mismo, los aciertos y los fallos van bastante parejos, pero no les es suficiente para liderar el mundial.

El RB6, un coche demasiado bueno.

No es una noticia. todos, quien más y quien menos, aficionados y aficionadillos, sabemos que el coche diseñado por Adrian Newey es una verdadera máquina de deborar asfalto. Inexplicable es la palabra que sugiere este monoplaza pues, aunque se especula mucho con cual es su secreto, aún no ha sido desvelado. Y es que el RB6 aún tiene mucho que dar y que descubrirnos.

Uno de sus mejores secretos es el conjunto difusor-escapes, que todos los equipos han copiado con mayor o menor éxito. En el RB6, el conjunto funciona a las mil maravillas, pues parece ser que el tesoro del coche de Adrian Newey reside en la fuerza del conjunto. Según se publicaba hace una semana aproximadamente, los escapes bajos del RB6 permiten que llegue un flujo de gases continuo al difusor, aumentando así la carga aerodinámica del coche y permitiéndole traccionar mejor en las curvas lentas. De este modo, los chicos de Horner se han colocado en la pole en nueve de las diez carreras que se han disputado hasta ahora, mostrándose intratables en la Q3. Este éxito debe además combinarse con la recuperación de la suspensión pull-rod, menos robusta que su sucesora, la push-rod, pero que permite mayor flexibilidad aerodinámica y mejor comportamiento del coche en la pista.

Como apunte, decir además que Newey ha sabido implantar un buen 'F-duct' que parece que les funciona bastante eficientemente.

Pero no son todo parabienes para el coche de Red Bull de este año. Si todo esto son aciertos, el fallo, el gran fallo, parece ser la mecánica. Con el motor del R27, congelado hasta 2013, el corazón del bólido ha contribuído enormemente a que el RB6 figure como el mejor construido de esta temporada. Otro gran fallo está en los frenos. Brembo, el suministrador de la escudería tira balones fuera, pero Vettel se ha quedado lejos de los puestos de carrera en varias ocasiones por culpa de los mismos.

Aunque, como en Ferrari, los pilotos también tienen mucha culpa.

Dos gallos con muy mala sombra.

Y es que, después de lo ocurrido en Turquía, la rivalidad entre Mark Webber y Sebastian Vettel, que tienen todas las opciones al título intactas, se ha acentuado. Aquí no es que uno tenga una actuación floja e insconstante y el otro se salga por la tangente con comentarios absurdos, como es el caso de Ferrari. En Red Bull el problema es otro totalmente distinto y que cada vez se asemeja más a lo que ocurrió en McLaren en el año 2007.

Y la principial diferencia entre aquel asunto y este es que aquí no hay ningún novato. Ambos pilotos son veteranos ya en la escudería. Y mientras Webber significa un estilo de conducción sólido, Vettel significa frescura y atrevimiento, algo que le viene muy bien al coche de Milton-Keynes. El RB6 se adapta muy bien a ambos pilotos y buena parte del éxito del monoplaza reside en esto. Pero sin embargo, la juventud del alemán le convierte en fogoso. Y la experiencia del australiano, le confiere arrogancia.

No se la vais a notar por cómo hablan, pero en pista se nota demasiado, igual que en Turquía. Las aspiraciones de los dos son muchas y están intactas y los dos quieren ganar. Vettel tiene mucha hambre de título y Webber podría ver como sus últimas oportunidades de conseguirlo se esfuman poco a poco. Y cosas como las de Istambul Park, o el incidente con los alerones nuevos del pasado fin de semana en Silverstone no habrían ocurrido de haberse puesto cierta disciplina y normas en los "camerinos".

Pero no es lo único. Aunque el joven alemán no ha cometido errores en pista, exceptuando lo de Turquía, lo cierto es que Webber, con su fortísimo accidente en el GP de Europa también ha perdido muchos puntos. No es que por accidentarse sea bobo. Es que podría haber esperado a adelantar al Lotus a la siguiente recta, o, incluso, no accionar el 'F-duct' (como parece que fue la causa) para no echar a volar. Pero la culpa de eso no es del australiano, sino del accionamiento del conductito de marras.

La escudería ha de poner orden.

No está el horno para bollos en casa de Horner. Y no se puede seguir sosteniendo una situación como la actual. Por mucho que Mark haya dicho que ahora entiende por qué el equipo le cedió el alerón nuevo a su compañero, lo cierto es que el pique entre ambos sigue presente y esto es lo que puede desestabilizar al equipo y arruinar sus opciones de título.

Horner debería aprender de la experiencia de McLaren en 2007. El equipo ya estaba en el Gran Circo por aquel entonces y la situación entre los pilotos, el jefe de la escudería y el dueño de los motores (Haug) era insostenible y en Red Bull se está volviendo tal. Se está viendo el plumero en el equipo austriaco y cómo van favoreciendo, casi a la chita callando, a Sebastian. Si esto sigue así, no tardaremos mucho en volver a oír unas declaraciones o una radio con un mensaje tan amargo como el de Webber el pasado domingo.

Siendo pesimista, el equipo de la bebida energética podría perder, por estas situaciones, el resto de carreras, distanciándose cada vez más de sus rivales más directos. Los enfrentamientos entre los pilotos pueden acabar convirtiéndose en heridas abiertas que no paran de sangrar y que provocan envidias y situaciones tensas que acabarán teniendo consecuencias nefastas. McLaren perdió los dos mundiales en favor de Ferrari en el año 2007 por no saber gestionar sus pilotos.

Red Bull debería evitar precisamente esos errores. Los dos pilotos son aspirantes y no puedes beneficiar a uno u otro cuando la diferencia en puntos, por mucho que uno vaya por delante del otro en el mundial, es tan ridícula como 7 puntos.