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viernes, 9 de julio de 2010

Play it again, Lewis...

Por supuesto, no podía hacerse esperar.


De nuevo parece que la FIA está para regular las irregularidades de un señorito que pretende hacer de las pistas del mundial su feudo indiscutible, un castillo en el que las normas las va imponiendo él una vez se ha beneficiado de lo que no debería. Así, tras haber sido sancionado sin sanción, las acciones del británico Lewis Hamilton volvieron a levantar ampollas en su viejo enemigo, Fernando Alonso. Las iras del español de Ferrari, que surgieron hace quince días, en el gran premio de Valencia, han conseguido lo de siempre: que se cambie la normativa.

El safety car, ese gran [inserte-aquí-su-adjetivo].

Sí. Es incalificable. El Safety Car en una carrera de F1 puede ser tu mejor aliado o tu peor enemigo, dependiendo de dónde te encuentres en cada momento. Si bien es cierto que la salida del SC en el Gran Premio de Mónaco vino bien a las aspiraciones de un Fernando Alonso que salía desde el pit lane y que se vio aupado a la sexta plaza por sus decisiones, el en Gran Premio de Valencia, el SC dió al traste con todas sus opciones.



Este año, el coche de seguridad ha salido varias veces. Casi diría que lo pudimos disfrutar en Mónaco, donde salió hasta quedarse a gusto. Pero nunca había sido tan determinante para una carrera como lo fue el pasado día 27 de junio. Al menos no esta temporada.

Con los cambios de normativa, este año, el piloto que hubiera pasado por delante del SC tenía vía libre para correr todo lo que quisiera hasta colocarse tras el coche de seguridad, momento en que tenía que adecuar su velocidad a la del coche que conduce Maylander. Además, el pit lane estaba abierto, con lo que todo el que tuvo tiempo ganó posiciones que no debía ganar.

Cambio en las normas.

Ante el despropósito que supuso la salida del AMG en el GP de Europa, ayer jueves se reunieron en Silverstone los pilotos, los equipos y la dirección de carrera y acordaron cambios en la reglamentación.

En primer lugar, el pit lane va a permanecer cerrado mientras el SC esté en pista. Esto añade algo de presión a los equipos, pero va a ayudar a que nadie pueda ver afectada su posición en la carrera si el coche de seguridad tiene que acceder a la pista. Este año esto es importante, ya que la carga de gasolina no puede variarse. Pero si, como se rumorea, el año que viene vuelven a permitirse los repostajes, habrá que abolir de nuevo esta norma y permitir la entrada al pit-lane mientras el SC circule, o habrá coches que se queden sin combustible antes de tiempo.

Además, se acabó eso de poder circular a mayor velocidad que el coche de Maylander. Las partes implicadas han acordado que los coches que no estén siendo frenados por el coche de seguridad deberán dejar que éste les adelante, conduciendo más lento hasta que el SC les pase. Esto es lo que evitará que las posiciones de carrera se vean alteradas con la salida del SC. Así, cualquiera que fuera la clasificación en el momento de salida del coche médico, seguirá manteniéndose hasta que este se retire y se relance la carrera. Otra solución habría sido la que, hasta hace unos años, veníamos viendo: los coches debían colocarse tras el SC en el mismo orden en el que estaban antes de salir, viéndose obligados los coches que iban delante a dejarse adelantar mediante la señalización con banderas azules.

Si un piloto no hace esto, se llevará una sanción que no está a decisión de los comisarios: drive through para todo aquel que no permita que el SC lo sobrepase. Es decir, en Valencia esta norma habría supuesto que Vettel y Hamilton debían haber sido sancionados.

Por otro lado, Charlie Whiting se ha comprometido a actuar con más presteza ante siguaciones como ésta. Tras haber tardado tiempo en sancionar a Hamilton, lo que dejó sin efecto la sanción (totalmente explicable, como comentamos aquí), a partir de ahora, las reclamaciones se presentarán directamente a los comisarios y no al director de carrera mientras éste esté ocupado con el SC. Así, los comisarios podrán ponerse con la sanción mientras Whiting controla que los pilotos implicados en un accidente estén bien, se los traslade o tome las medidas oportunas para garantizar la seguridad de unos y otros en pista.

Como explicamos en su momento, las imágenes probatorias de la infracción tardaron tiempo en llegar a la cabina de control, lo que también contribuyó a retrasar la sanción. Por ello, además, se van a instalar cámaras que sigan, en todo momento, al coche de seguridad, de forma que las imágenes puedan llegar a los comisarios con rapidez, llegado el caso.

Pero eso no es todo. Y es que, ante la mentira en la que se pilló a Hamilton durante la rueda de prensa, la FIA ha decidido que el coche de seguridad debe estar señalado en todo momento, de forma que el piloto no pueda alegar después "que no ha visto al SC". Así, se instalarán señales en los laterales de la pista que denoten la presencia del SC, de forma que ningún corredor podrá alegar que no ha visto las líneas de su posición.

El señor Hamilton, supongo.

Y supondría bien.

El que provoca, de nuevo, el cambio en la normativa es el señor Lewis Hamilton, tras su acción del GP de Europa. Según él, dudó.

Pues bien, esas nuevas dudas le han permitido volverse a escapar por otro resquicio de la normativa y volver a hacer de las suyas. Es como esas moscas que se cuelan por las rendijas y luego no saben salir cuando les abres una ventana. La lástima es que la FIA se encarga de tapiarlas todas y tenemos la mosca metida dentro hasta que encuentre otra rendija. Y esta mosca es de las cojoneras.

Oh, no, que nadie se alarme, por favor. No estoy queriendo decir que Lewis sea una mosca cojonera ni estoy intentando ofenderle ni nada parecido. Simplemente, estoy diciendo que los cambios de normativa son ya una constante en cada momento que Hamilton hace una de las suyas. En Canadá, fue empujando el coche hasta el parc fermé. En China, echó de la pista a Webber con el SC en marcha y mantuvo una pugna muy fea con Vettel en la calle de boxes. Todas situaciones peligrosas en las que ha recibido una reprimenda y no una verdadera sanción. Igual que en Valencia.

Esto ya es costumbre y no sólo tropiezos ocasionales. Es Hamilton quien impone las normas a golpe de resquicio. Y seguro que está buscando una nueva forma de saltarse algo que le beneficie... Play it again, Sam...

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