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viernes, 7 de noviembre de 2014

Crisis en la F1, visiones de un aficionado (III): circuitos de fiasco.

Siguiendo con nuestro monográfico sobre la crisis, hoy nos vamos a adentrar en los circuitos nuevos que han supuesto un fiasco absoluto en la F1. Y es que no hay solo uno. Quizá no podríamos culpar a una única persona, pero mucha culpa la tiene el diseño de los mismos. Un ejemplo claro lo tenemos este mismo año, hace un mes. La otra parte la tiene el de siempre.

Hoy vamos a poner el ojo sobre los circuitos de Valencia, Yeong-am, Buddh y Sochi, circuitos que se incluyeron en el circo buscando mercados emergentes que pudieran traer dinero al Gran Circo. La expectación y la sorpresa han dado paso al abandono, el asco y la desidia que, en muchos casos, siguen vigentes. Al final, la solución no la encuentra en la novedad o el mercado no explorado, sino en aquellos sitios en los que estuvo, triunfó y luego abandonó por diversas razones.

El Valencia Street Circuit

Este circuito ha sido uno de los mayores hitos en la historia de la Formula 1 en España. Sí, así, tal cual. Con un número de pilotos creciente en la órbita del Gran Circo, España tenía tirón. Mucho tirón. Un bicampeón, jóvenes promesas... Y Ecclestone se enamoró de nuestro país como inversión.

El Valencia Street Circuit fue una promesa electoral. Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, tenía que ganar las elecciones para situar el circuito que albergaría el Gran Premio de Europa en nuestras tierras. Y así sucedió. Cuando volvió a salir elegida en la ciudad del Turia, comenzaron las obras del circuito, que suponían poco más que la construcción del puente. El trazado se desvela dos meses escasos después de las elecciones de 2007 y se estrena en la temporada 2008.

Durante cinco temporadas, desde 2008 a 2012, el Gran Premio de Europa se enfrenta a todo tipo de críticas. En medio de una crisis como la que aún tenemos encima, el gasto que la ciudad de Valencia hacía para acoger el Gran Premio era excesivo (aunque también ganaban dinero de sobra, ojo). Pero lo que fue peor fueron los gastos de emisión. Con el Gran Premio en la capital de la Comunidad Valenciana, la televisión autonómica, la desaparecida Canal Nou, se gastó un dinero que no tenía en la retransmisión de un Gran Premio que el grueso del territorio nacional prefería seguir por la Sexta. La deuda del canal público obligó a su cierre y se culpa al sobrecoste que supuso la organización del Gran Premio de Europa. El escándalo salpicó incluso a los promotores del evento, el grupo Valmor Sports y al recién dimitido presidente de las cortes valencianas, el señor Juán Cotino.

No nos engañemos. Un Gran Premio de Formula 1 es carísimo de organizar, pero el beneficio que supone para la ciudad su organización, en concepto de hospedajes, comidas, copas y demás es enorme. Recordemos que el Gran Circo se llama así por algo. El problema viene cuando el dinero que se embolsa por esa ocupación y ese movimiento, se lo embolsa quien no debe. Valencia estaba carísima el fin de semana del Gran Premio. Muchos de los precios eran prohibitivos. Yo mismo me inhibí de ir varias veces, a pesar de tenerlo al lado y poder ir desde mi propia casa. Y esto hundió el Gran Premio.

Pasado de costes, no recaudando lo necesario, el Gran Premio de Europa sucumbe y el circuito se abandona. Hoy día, se han llevado hasta las tapas de las alcantarillas para venderlas. El contrato, que se había firmado por siete años, se rompió unilateralmente a los cinco. Salía incluso más barato que organizarlo los dos años que quedaban. El gran problema de Valencia es el problema con el que se ha encontrado Juego de Tronos en Sevilla: se han sobredimensionado los precios para, en un alarde de nuestra picaresca española, hacer agosto con eventos que no lo permiten.

Yeong-am y su planificación

Fue el gran estreno del año 2010. Una obra faraónica que tuvo también un sobrecoste enorme. De su presupuesto total, el 40% fue sobrecoste. Y cuando llegamos allí (digo llegamos, pero yo no fui, ojo) nos encontramos con algo que fue totalmente dantesco. Zonas sin asfaltar, los hoteles lejísimos, los accesos malísimos... una pista que se encharcaba, serpientes en el paddock... Fue uno de los peores Grandes Premios que se recuerdan este de 2010. Se salió con lluvia extrema, se dieron tres vueltas y se esperó una hora a que la pista drenara mínimamente. Tras ello, se dieron diecisiete vueltas tras el coche de seguridad. De lo peor que hemos visto en los últimos años.

Pero por lo visto la FIA no debió de pasarlo nada mal o considerar que aquel circuito era un peligro, porque volvió el Gran Circo al país asiático en 2011, 2012 y 2013. Tres grandes premios aburridos gracias al trazado de Tilke, empeñado en "arrejuntar" elementos de circuitos clásicos en lugar de innovar. Tras ello, y tras sufrir incluso el ataque del Gangnam Style, la FIA debió escuchar a los equipos, quejándose de las dificultades que suponia Korea, Yeong-am y una pista en condiciones casi tercermundistas y la carrera se cayó del calendario.

El mercado asiático es un caramelo, por su cantidad de países emergentes y la riqueza que empiezan a amasar. Pero la planificación de este circuito, y del siguiente que veremos ahora, no ha sido para nada la esperada. Ni mucho menos suficiente para mantenerlos o siquiera pensar en volver.

Buddh o cómo tener un GP sólo tres años

El subcontinente indio también era una bicoca para Ecclestone. Sacando la cabeza, al igual que China (aunque hace tiempo que tienen su GP), la situación económica en auge permitió que en 2007 se firmara un contrato para construir, bajo la dirección de Tilke, un circuito que prometía mucha velocidad, con grandísimas rectas y curvas amplias.

Pero aquello resultó un despropósito y una pelea política y económica en el país anfitrión. El estado de Uttar Pradesh entró en conflicto con el de Delhi por cobrar los impuestos de la organización del Gran Premio. A pesar de que todas las placas y denominaciones del circuito llevan la inscripción de Nueva Delhi, el circuito de Buddh se encuentra en el estado vecino de Uttar Pradesh. Visto los beneficios que generaba, el gobierno de este estado declaró que la Formula 1 no es un deporte sino un espectáculo, con lo que los impuestos a la Formula 1 y la organización del Gran Premio se elevarían. En 2013, por esta razón, la Formula 1 decidió no correr en India en 2014.

A pesar de ello, un rayo de esperanza se abría para la temporada 2015, que incluía al Gran Premio de la India a mediados de abril. Pero el gobierno de Uttar Pradesh, insistente en su recaudación, ha provocado que Ecclestone rechace correr allí. Y es que lo que tenía que haber sido un aumento en los ingresos se ha convertido en un quebradero de cabeza. El Gran Premio no se llena, apenas ha tenido interés no sólo en India, sino internacional y deportivamente y no se podía subir el canon de organización para recuperar esos impuestos que se elevarían en Uttar Pradesh, lo que bloquea la situación del Gran Premio de India.

Ecclestone quiso ser más listo que nadie, pero se encontró con gente que es más cabezota que él y no contaba con semejante muro.

Sochi, petardo máximo

La organización de un Gran Premio en Rusia es una antigua aspiración de la Formula 1. La situación política en el país ha sido la principal causa del retraso de la organización de grandes premios en suelo ruso, pero al final se llegó a un acuerdo, en el que Vladimir Putin ha tenido mucho que ver. En el trazado se aprovecharían las instalaciones de los Juegos Olímpicos de Invierno, otra obra faraónica que hay que aprovechar como sea.

A pesar de haber sido diseñado por Tilke, quizá en esta ocasión no se le pueda culpar del todo. Aquella ciudad olímpica, construída como una ciudad apenas tenía posibilidades. ¿Qué es lo que salió? Un engendro lleno de esquinas cuadradas con el único interés de la rotonda central, demasiado parecida a la curva 8 de Turquía como para no tener nada que ver con ella. Me refiero a que quisieron copiarla, hacerla demasiado igual, que fallaron en su empeño y se quedó en eso, en media rotonda. Sólo se ha corrido allí una vez, pero ha quedado tan patente y tan evidente que el motivo de esta carrera es méramente económico, que, como aficionado, me parece un insulto que al año que viene sí vaya a correrse en Rusia.

Es cierto que el asfalto y la elección de neumáticos tan conservadora han tenido mucha culpa del aburrimiento de Sochi. Una única parada fue lo que vimos. Apenas adelantamientos. Y esquinas, muchas esquinas. Siento ser yo quien lo diga, pero o cambian mucho las cosas o yo renuncio a ver otro GP en Sochi.

Una vez más, la solución estaba dentro

No vamos a negar que hay circuitos modernos que nos gustan mucho. Como ejemplo, valga el último Gran Premio celebrado, el de Austin. Un Gran Premio con un circuito que nos parece interesantísimo y bien planeado. Pero no hay que irse tan lejos ni gastar dinerales para encontrar grandes premios que puedan generar interés.

Este año hemos asistido al regreso del Gran Premio de Austria, celebrado en el antiguo A1 Ring. El año que viene, el regreso del Autódromo Hermanos Rodríguez de México. Estoril, Kyalabi, Dijon o Magny-Cours, Jerez... existen circuitos que antaño vivieron grandes gestas y que muchos aficionados recordamos con muchísimo cariño. ¿Costaría más recuperarlos que crear circuitos nuevos? Creemos que no. Entonces, ¿por qué buscar dinero en países que no pueden proporcionarlo por diversas razones?

En este caso podemos decir que la avaricia rompe el saco. Ecclestone piensa que ganará mucho más en países nuevos para la F1 que en países con gran tradición y experiencia, que saben negociar mucho mejor que otros. Pero lo cierto es que ir a países como Korea o India atrae a muy pocos de esos seguidores itinerantes de la Formula 1 y en dichos países la F1 es bastante desconocida, con lo que arrastra a menos gente que en países en los que ya ha habido Grandes Premios con anterioridad.

Un error que le ha hecho perder muchos espectadores de esos que, como comentábamos ayer, estamos en la parte más fiel, pero menos dispuesta a tragar los desmanes de Bernie.

Primera parte: Las escuderías pequeñas
Segunda parte: Emisión en pay-per-view
Cuarta parte: Cambios constantes y sin fin
Quinta parte: Congelaciones en I+D y pruebas
Sexta parte: Crisis económica mundial

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