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miércoles, 31 de marzo de 2010

A perro flaco...

O no tan flaco. Saltan hoy a la palestra dos noticias interesantes que atacan a equipos en sus horas menos álgidas.

La primera tiene que ver con Renault. Los Piquet (Nelson y Nelsinho) que salieron de la F1 a patadas tras el 'crashgate' (Piquet Sr. ni siquiera quiso hacerse la foto de los campeones en Bahrein), vuelven a la carga para demostrar... para demostrar... ¿para demostrar qué? Los 'agraviadísimos' brasileños van a denunciar a Renault para pedirle la cantidad de 200.000 libras esterlinas. ¿Por qué esta reclamación? Por el hecho de que el equipo los denunció con llevarlos a los tribunales al haber vertido declaraciones 'falsas' sobre Briatore. Cuando se demostró que Briatore había hecho una jugada digna de la mafia calabresa, Renault retiró las denuncias tanto a Piquet Sr. como a Piquet Jr.

Hasta aquí parecería que todo está correcto. Pero desde entonces, Renault ha visto peligrar la escudería que mantiene en la F1. Ha vendido casi todo su capital a Genii, una empresa de inversiones con sede en Luxemburgo, para empezar. No han empezado el año con buen pie, a pesar del segundo puesto de Kubica y han tenido que soportar que el Gobierno Ruso sentara a Vitaly Petrov en el segundo asiento de la escudería de Enstone. Pues no es lo único que deberá afrontar Renault, porque ahora los Piquet quieren que la escudería se disculpe por haberlos denunciado. Sí. Eso mismo. Los Piquet consideran que la retirada de las denuncias no basta, y que tienen que disculparse. Y como no lo hacen, pues piden la cantidad arriba señalada en concepto de ¿disculpas ausentes?

Piquet y Piquet deberían darse cuenta de una cosa. Ya no están en la F1. Y, por mucho que quieran volver, no habrá una escudería tan loca como para contratar a un piloto que, además de ser peor que un dolor de muelas, luego va largando todos los trapos sucios del equipo cuando este te despide. ¿Os imagináis a Hamilton diciendo: 'Sí, es cierto. En 2007 todos puteaban a Alonso porque Dennis quería que yo fuera campeón del mundo.'? ¿O a Button declarando: 'Brawn capaba el coche de Barrichello porque sabía que era mi peor enemigo.'? ¿O a Massa diciendo: 'En 2007 me ordenaron dejar pasar a Kimi para que ganara el mundial'.?

No nos andemos con paños calientes absurdos. En la F1, todos, absolutamente todos los equipos esconden muchísimo más de lo que muestran. Detrás de esos paneles de poliuretano que ponen en los garajes que el circuito les ofrece, el personal juega al Risk con los circuitos del mundial, intentando planificar la jugada para obtener la mayor tajada. ¿Esperábais un deporte limpio, honorable y libre de toda mancha? Lo siento, señores, pero quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Todos queremos ascender por encima del de al lado y utilizaremos los medios pertinentes para conseguirlo. Si es ético o no, nos lo plantearemos cuando estemos por encima. Si estamos por debajo, no nos lo planteamos, claro: no es ético. Pero así es la hipocresía.

La otra de las noticias inquietantes del día la protagoniza Virgin. La escudería nacida del bolsillo de Richard Branson ya ha encontrado un culpable para el desaguisado de la capacidad del tanque de gasolina: Wirth Research, diseñadora del chasis.

En un principio, la culpa se creyó del suministrador del tanque quien, en un alarde de confianza, pensó que la capacidad del tanque se la daban en litros cuando en realidad, en la Fórmula 1, se mide en kilogramos. Pero Nick Wirth, director técnico de Virgin a través de su empresa de ingeniería, ha asumido la responsabilidad, así que su compañía va a rediseñar en chasis del VR-01... GRATIS. O bueno, eso dice él. La factura del rediseño y acoplamiento del nuevo tanque de combustible asciende a un millón de libras esterlinas (cinco veces lo que le piden Piquet & Piquet a Renault).

A mi esto me hace escamarme muchísimo, y me temo que la escudería del magnate anda con el norte perdido. Vamos a ver, planteemos la situación. Virgin Racing es una escudería modesta que nace de la salida de Virgin como patrocinador de Brawn, que ahora es Mercedes GP. Branson debió pensar que todo el circo este estaba muy bien, así que quiso quedarse y presentó un proyecto que, aunque tuvo muchos menos problemas que Hispania Racing, ha quedado en ridículo después de llevar dos carreras y no concluir ninguna.

Branson es un genio para los negocios, pero creo que la F1 se le escapa de las manos. ¿Por qué? Muy sencillo. Diseñar un monoplaza no es un trabajo fácil, por supuesto, pero lo es muchísimo menos si no se cuenta con todos los medios necesarios. Diseñar un coche sin túnel de viento, por ejemplo, y sólo mediante simulaciones informáticas ha sido un gran error. Y, desde luego, simularlo con un depósito de carburante mucho más pequeño de lo necesario, es imperdonable. Pero, tener que rediseñar todo el coche una vez empezada la temporada, no tiene nombre. Supongo que a Branson, a quien las libras esterlinas le deben salir como los granos a un adolescente, le importará bastante poco gastarse ese milloncejo o ahorrárselo, pero a mí me hace plantearme la situación de esta escudería en la F1.

Yo no fui de los que se opuso a la entrada de nuevos equipos en la parrilla. Es más, me parecía necesario renovar la sangre de los que corren en este circo: Honda fuera, Toyota fuera, Renault con un pie fuera... A más escuderías, más nos aseguramos la continuidad de este deporte nuestro. Pero también veo que las escuderías más esforzadas, como HRT o la fallida USF1, han intentado plegarse a la FIA y tienen problemas. Mientras que a Branson le basta extender un checazo para medrar en el campeonato. HRT es una escudería muy pequeña en la que sus ingenieros y mecánicos no duermen para montar el coche, sus pilotos no pueden lidiar con otros pilotos porque el coche está sin probar, pero ahí están: ya han puesto un coche tras la bandera a cuadros. No voy a mencionar a Lotus, que entró con facilidad y sus dos coches acabaron el GP de Bahrein.

Pero, ¿y Virgin? Virgin aún no ha conseguido atravesar la bandera a cuadros. Ni Lucas di Grassi ni Timo Glock han podido acabar ninguna de las dos carreras que llevamos disputadas. ¿El tanque? ¿Los pilotos? ¿La mala planificación?

Me temo, señores, que Virgin no acaba esta temporada o, si la acaba, será a golpe de talonario. Y ya veremos a la que viene. Una pena.

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