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El año que viene vamos a tener que ver la F1 sobre agua, en plan hovercraft o a saber. Bridgestone, que ya anunció que se iba del Circo, no va a reconsiderar su postura.
Al final de la temporada pasada, el fabricante de neumáticos decidió que 2010 sería su último año en la Fórmula 1, para afrontar mejor una crisis de la que aún no hemos salido. Así esperan reducir costes (a pesar de lo bien que se pagan los neumáticos en este deporte).
El caso es que Bernie Ecclestone, dueño de todo esto, ha intentado que la marca japonesa de neumáticos, ayudado por Jean Todt, se quede en la competición. Están intentando presionarles para seguir sirviendo neumáticos a los equipos, convenciéndoles mediante argumentos medioambientales que de nada le sirven a los fabricantes de neumáticos.
Un portavoz de la sede británica de Bridgestone se ha hecho eco de este asunto y ya ha declarado que Bridgestone no ha tenido intención de reconsiderar su postura. No sólo eso, sino que deja también, bastante claro, por qué ya no quieren seguir sirviendo neumáticos a la FIA. La respuesta del portavoz deja entrever que el fabricante podría permanecer en la F1 si los costes los pagaran los equipos. Esto es: cobrar de la FIA por servir las ruedas y de los equipos por usarlas.
¿Habrá alguno de la SGAE metiendo mano en Bridgestone?
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