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Gran Premio de Mónaco 2015.CIRCUITO: Montecarlo (Mónaco)
LONGITUD: 3.340 km.
Nº DE VUELTAS: 78 (260.520 km en total).
CURVAS: 19 (11 a derechas, 8 a izquierdas).
COMPUESTOS: Blando / Superblando.
DESGASTE DE FRENO: Medio-alto.
El mítico trazado de Montecarlo es, quizá, el más reconocido y reconocible de todo el año por sus características únicas. El espectáculo está garantizado gracias a las míticas curvas que todos los aficionados reconocemos; y también los no aficionados. El circuito del principado es, quizá, el más filmado de todos los tiempos y lo hemos visto en multitud de documentales y películas (la última que yo sepa, en Ironman 2). Si se habla de Formula 1 con un lego, el circuito que llegará a mencionarse casi con toda seguridad, es éste. Y a relucir saldrá también su mítico túnel, el área del puerto y la horquilla del Gran Hotel.
Un poquito de historia.
En Mónado se celebran carreras de automovilismo desde el año 1929, en el que el Real Automóvil Club de Mónaco se opuso a la Federación, que no mostraba ninguna intención de incluir al club monegasco entre los componentes de la misma. El trazado ha permanecido invariable hasta hoy (exceptuando variaciones de seguridad mínimas) y fue alabado por Chiron, uno de los pilotos más influyentes del momento. Sería William Grover, subido a su Bugatti quien ganara el primer Gran Premio de Mónaco. Tan sólo un año más tarde, la dificultad del circuito saltaría a la palestra: de los 17 coches que comenzaron la carrera, sólo terminarían 6.
Mónaco ha sido escenario de duelos encarnizados y épicos. En 1934, Varzi y Nuvolari pelearon como jabatos en el estrecho asfalto monegasco. En 1950, una mancha de aceite sobre la pista disparó una pelea entre Farina, Chiron, Von Brauchist y Rosmeyer, tras haberse producido una colisión múltiple.
Ni siquiera el puerto, una de las partes más reconocibles y controvertidas del circuito del principado se ha librado de incidentes. El mismísimo Alberto Ascari dio con su coche en el agua en 1955. Y los pilotos Hartwort y Collins, en su día en la Scuderia, quedaron colgando del muelle.
Fangio, en 1950, realizó una de la más grandes hazañas que se han visto en la pista monegasca. Ese año, doblaría a todos los pilotos de la parrilla hasta alzarse con la victoria. Ayrton Senna vivió muchas tardes de gloria en sus calles, llevándose la victoria en seis ocasiones, llegando a encadenar cinco de ellas. Peculiar como él solo, también se han visto sobre sus calles victorias peculiares, como la única del palmarés de Olivier Panis, que venció en 1996 bajo una impresionante tromba de agua.
El circuito
Son pocos los que, aficionados o no, desconocen todo sobre Montecarlo. Pero, para aquellos que se enganchan ahora, vamos a describir el circuito urbano por antonomasia.
La carrera comienza en una curva de salida, pues no hay rectas propias en Montecarlo. Esta se disputa en subida, hasta llegar a la primera curva, Santa Devota, con el acelerador pisado a fondo y controlando el coche para no tocar las protecciones. Una pseudorecta, Beau Rivage, conectará con Massenet y el Casino, que da a la única recta pura del trazado y el final del primer parcial, justo antes del Mirabeau.
Comenzamos el segundo parcial en la parte alta del Mirabeau y la mítica bajada hacia la horquilla del Gran Hotel, cerradísima, de 180º que da al Bajo Mirabeau. De ahí, a Portier y al túnel, en poco menos de diecinueve segundos, tiempo que se tarda en completar el segundo parcial.
El tercer parcial es el más mítico, pues transcurre junto al puerto. La luz nos deslumbra al salir del tunel hacia la Nueva Chicane, que desemboca a Tabac y Louis Chiron. De aquí, en una sucesión izquierda-derecha, nos vamos a la Piscina y a la inmensa curva 15 que nos mete en la Rascasse, otra nueva horquilla, mucho menos pronunciada y a las curvas preferidas para estacionar, la Antony Noghes y la número 18. Pasamos ya por meta, terminando el tercer parcial y accediendo a la curva de salida para comenzar otra vuelta.
Condiciones mecánicas
A Pirelli le gusta estrenar el superblando en Mónaco y este año no va a ser una excepción. La rugosidad y abrasividad del asfalto calentará las gomas con una mayor rapidez, lo que también influirá en su desgaste. Desgaste que también tendrá protagonismo en el apartado de los frenos. Es el circuito en el que el piloto lleva el pedal pisado durante más tiempo. Su manejo será determinante en el rendimiento final de los monoplazas, como los años anteriores. En el capítulo de motores, Mónaco exigirá mucho menos a las unidades de potencia, por lo que algún tapado podría dar una sorpresa si su propulsor responde como debe.
La carrera
tiene todas las de ganar en este circuito, como en todos los del año, dada la ventaja que tiene el W06 sobre todos sus competidores. Sin embargo, dados los problemas que el monoplaza plateado tiene con la gestión de los frenos, es posible que 
y 
, que son los que más se acercan a los de Brackley puedan ponerles las cosas más difíciles aquí que en otro sitio.
Además, habrá que tener mucho ojo con los coches más lentos. Si ya suponían una dificultad en un circuito ratonero como el de Montmeló, en la jaula que supone Mónaco pueden convertirse en un verdadero problema y causar accidentes debido a su lentitud.
Poneos las pilas, que en Mónaco los entrenamientos libres son los jueves.
Un poquito de historia.
En Mónado se celebran carreras de automovilismo desde el año 1929, en el que el Real Automóvil Club de Mónaco se opuso a la Federación, que no mostraba ninguna intención de incluir al club monegasco entre los componentes de la misma. El trazado ha permanecido invariable hasta hoy (exceptuando variaciones de seguridad mínimas) y fue alabado por Chiron, uno de los pilotos más influyentes del momento. Sería William Grover, subido a su Bugatti quien ganara el primer Gran Premio de Mónaco. Tan sólo un año más tarde, la dificultad del circuito saltaría a la palestra: de los 17 coches que comenzaron la carrera, sólo terminarían 6.
Mónaco ha sido escenario de duelos encarnizados y épicos. En 1934, Varzi y Nuvolari pelearon como jabatos en el estrecho asfalto monegasco. En 1950, una mancha de aceite sobre la pista disparó una pelea entre Farina, Chiron, Von Brauchist y Rosmeyer, tras haberse producido una colisión múltiple.
Ni siquiera el puerto, una de las partes más reconocibles y controvertidas del circuito del principado se ha librado de incidentes. El mismísimo Alberto Ascari dio con su coche en el agua en 1955. Y los pilotos Hartwort y Collins, en su día en la Scuderia, quedaron colgando del muelle.
Fangio, en 1950, realizó una de la más grandes hazañas que se han visto en la pista monegasca. Ese año, doblaría a todos los pilotos de la parrilla hasta alzarse con la victoria. Ayrton Senna vivió muchas tardes de gloria en sus calles, llevándose la victoria en seis ocasiones, llegando a encadenar cinco de ellas. Peculiar como él solo, también se han visto sobre sus calles victorias peculiares, como la única del palmarés de Olivier Panis, que venció en 1996 bajo una impresionante tromba de agua.
El circuito
Son pocos los que, aficionados o no, desconocen todo sobre Montecarlo. Pero, para aquellos que se enganchan ahora, vamos a describir el circuito urbano por antonomasia.La carrera comienza en una curva de salida, pues no hay rectas propias en Montecarlo. Esta se disputa en subida, hasta llegar a la primera curva, Santa Devota, con el acelerador pisado a fondo y controlando el coche para no tocar las protecciones. Una pseudorecta, Beau Rivage, conectará con Massenet y el Casino, que da a la única recta pura del trazado y el final del primer parcial, justo antes del Mirabeau.
Comenzamos el segundo parcial en la parte alta del Mirabeau y la mítica bajada hacia la horquilla del Gran Hotel, cerradísima, de 180º que da al Bajo Mirabeau. De ahí, a Portier y al túnel, en poco menos de diecinueve segundos, tiempo que se tarda en completar el segundo parcial.
El tercer parcial es el más mítico, pues transcurre junto al puerto. La luz nos deslumbra al salir del tunel hacia la Nueva Chicane, que desemboca a Tabac y Louis Chiron. De aquí, en una sucesión izquierda-derecha, nos vamos a la Piscina y a la inmensa curva 15 que nos mete en la Rascasse, otra nueva horquilla, mucho menos pronunciada y a las curvas preferidas para estacionar, la Antony Noghes y la número 18. Pasamos ya por meta, terminando el tercer parcial y accediendo a la curva de salida para comenzar otra vuelta.
Condiciones mecánicas
A Pirelli le gusta estrenar el superblando en Mónaco y este año no va a ser una excepción. La rugosidad y abrasividad del asfalto calentará las gomas con una mayor rapidez, lo que también influirá en su desgaste. Desgaste que también tendrá protagonismo en el apartado de los frenos. Es el circuito en el que el piloto lleva el pedal pisado durante más tiempo. Su manejo será determinante en el rendimiento final de los monoplazas, como los años anteriores. En el capítulo de motores, Mónaco exigirá mucho menos a las unidades de potencia, por lo que algún tapado podría dar una sorpresa si su propulsor responde como debe.
La carrera
tiene todas las de ganar en este circuito, como en todos los del año, dada la ventaja que tiene el W06 sobre todos sus competidores. Sin embargo, dados los problemas que el monoplaza plateado tiene con la gestión de los frenos, es posible que y , que son los que más se acercan a los de Brackley puedan ponerles las cosas más difíciles aquí que en otro sitio.Además, habrá que tener mucho ojo con los coches más lentos. Si ya suponían una dificultad en un circuito ratonero como el de Montmeló, en la jaula que supone Mónaco pueden convertirse en un verdadero problema y causar accidentes debido a su lentitud.
Poneos las pilas, que en Mónaco los entrenamientos libres son los jueves.
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